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Mostrando entradas de 2018

El Cándido de J J Díaz Trillo

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Hay libros que cumplen el papel, no sólo de compañeros de viaje y aventuras, sino de maestros y faros del pensamiento. Son libros que de ninguna manera nos defraudan porque, al abrir sus páginas, en cualquier momento de la vida, despiertan la renovada emoción que sentimos al vislumbrar la profunda verdad que encierran. Uno de esos amigos fieles es Cándido o el optimismo (1759), de Voltaire, cuya lectura recomiendo vivamente, aunque parezca superfluo recomendar la lectura de un clásico. La crítica asegura que Voltaire pretendía con este cuento filosófico ridiculizar las ideas de Leibniz, cuya teoría sobre la armonía universal lleva a creer que vivimos en el mejor de los mundos posibles, porque incluso el mal es permitido por Dios para que valoremos la dimensión del bien. Pero en 1755, en el Día de Todos los Santos, Europa se ve sacudida por el devastador terremoto de Lisboa que dejó a la ciudad sepultada bajo los escombros. A semejante sacudimiento telúrico le siguió otro que es

Escritoras y escrituras III. Rosa Lencero, La paz del lobo

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La narrativa en torno a la Guerra Civil Española escrita por mujeres encierra un valor añadido, el del punto de vista que profundiza en el papel de las mujeres y ofrece otra cara de ese periodo que contempla tanto la ilusión como el desencanto colectivos. Tradicionalmente relegadas al ámbito doméstico, las mujeres españolas de los años treinta, formadas en los valores republicanos, fueron conquistando parcelas de libertad. La República les ofreció educación y oportunidades desarrollar su talento. Al peligrar estos logros con el golpe de Estado, muchas de esas mujeres decidieron defender la causa. Durante la contienda salieron a luchar, ya en la retaguardia, ya incluso en el frente y armadas, donde combatieron al lado de los hombres. En las últimas décadas, la literatura española ha dado cuenta de este hecho en narraciones como Historia de una maestra (1990), de Josefina Aldecoa, quien se centra en la experiencia de una joven maestra. Esta obra evidencia el nuevo rol para la mujer

Escritoras y escrituras II. Teresa Ruiz Rosas, Nada que declarar

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La literatura peruana actual escrita por mujeres destaca por su audacia y libertad formal a la hora de dinamitar las estéticas hegemónicas, ya no impuestas por una visión androcéntrica, sino enquistadas al interior de la conciencia femenina. El Comando Plath, sin duda en homenaje a Silvia Plath, se propuso revisar el canon en su país y ofrecer otra alternativa de voces femeninas que atraviesa fronteras geográficas, pues llega a conectar el Cuzco con Nueva York; así como fronteras mentales y de género: desde la poesía y la prosa hasta la autoficción, que se cuela por las redes sociales para compartir experiencias y formas de vida alternativas que rompen con los conceptos burgueses respecto a la familia y las relaciones sexuales, pensemos, por ejemplo en Gabriela Wiener. Teresa Ruiz Rosas (Arequipa, 1956) quien reside en Colonia después de haber vivido en ciudades como Barcelona o Budapest, no está en medio de este huracán, pero ha llegado paso a paso a consolidar una escritura

Escritoras, escrituras I: Carme Riera, Vengaré tu muerte

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Carme Riera (Palma de Mallorca, 1948) es una de las escritoras más destacadas en el contexto de la literatura tanto en catalán como en español. Traducida a más de doce idiomas, es una figura pública que ha sabido compaginar la escritura con la cátedra de Literatura Española, además de otros cargos. Galardonada con el Premio Nacional de las Letras en 2015, es miembro   de la Real Academia Española y presidenta de CEDRO, la entidad que gestiona los derechos de autor en España. Con una larga trayectoria literaria que abarca trece novelas, a las que se suman otros tantos títulos en distintos géneros Vengaré tu muerte es un thriller en el que la autora juega con las posibilidades del género para introducirnos por los laberintos de la corrupción en la Cataluña de la primera década del siglo XXI. Si bien Riera ya nos había instalado en un campus universitario, en Naturaleza casi muerta (2012), con cuatro crímenes por dilucidar, en esta última novela se intenta demostrar que la justic

Luis Carlos López: ¿modernista al revés o prevanguardista?

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El colombiano Luis Carlos López (1879-1950) es considerado un poeta posmodernista por la crítica académica. En la célebre Antología de la poesía española e hispanoamericana (publicada en 1934) Federico de Onís así lo clasifica. Este crítico establece una tipología de autores modernistas y posmodernistas, por temas, tendencias y género, aunque  crítica académica gusta de acercar el hecho literario a través de la periodización y los   grupos generacionales. Pero resulta fácil descubrir los límites de esta pedagogía literaria.  Los posmodernistas son contemporáneos del Modernismo, pero se distancian de esa estética, de sus motivos, de su simbología y de sus temas preferidos. Si los modernistas son cosmopolitas y sacian sus ansias de modernidad explorando las ciudades europeas, los segundos vuelven los ojos hacia la provincia, hacia el villorio familiar. Si aquellos recurren a un lenguaje preciosista cargado de cultismos, estos recuperan el habla popular, la ironía y el humor. Natu

El desierto de los tártaros, Dino Buzzati

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Hay libros que vienen a ocupar el espacio que tenían reservado sin que fuésemos conscientes de que tal lugar existía. Su lectura completa nuestro ser embriagándonos de una plenitud que solo dejan las obras maestras. Es lo que me ha ocurrido al terminar El desierto de los tártaros , novela del italiano Dino Buzzati (1906-1972), quien alcanzó fama con la publicación de su primera novela Bárnabo de las montañas (1933). Corresponsal, reportero de guerra, ilustrador, Buzzati fue un genial creador de atmósferas, dueño de una escritura y de un dominio de la palabra, que atrapa desde las primeras líneas. Escrita en 1940, El desierto de los tártaros,  considerada una obra maestra poética, lírica, misteriosa, y profundamente humana, dibuja una trayectoria que empieza con la salida de casa del protagonista en busca su destino y se cierra con el camino de regreso, al final de la vida. Desde el primer momento nos sentimos en el universo que pudiera ser de Kafka, sujetos a una poderosa inqu

Nuestro mayo del 68

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Teníamos entre diez y doce años en mayo del 68. A esa edad, las niñas de mi ciudad no podíamos salir a la calle donde corríamos peligro. En las calles del centro de Bogotá, sólo se veía a los gamines que surgían de debajo de los puentes como muestra del abandono de la infancia en un país que carecía de mecanismos para protegerlos. Ejemplos aleccionadores pretendían disuadirnos de semejante desobediencia: la prima que se perdió y apareció llorando en una esquina porque no encontraba el camino de regreso, o el hombre del costal que se robaba a los niños para hacer salchichón con ellos. Más de uno juraba haber encontrado tres deditos en un trozo de salchichón. Éramos niñas y debíamos obedecer a los mayores que nos sujetaban al espacio cerrado de la familia. Tan sólo explorábamos una parte mínima del barrio en donde acabábamos de instalarnos: un lote abandonado al frente, el jardín de la vecina con quien   a veces se nos permitía ir a jugar, como algo excepcional, pues sólo íbamos a la t

Queda la palabra Yo. Poetas colombianas ante el presente

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Este volumen rinde un homenaje a la poeta colombiana María Mercedes Carranza, quien nos dejó en 2003. Y es que el título ─Queda la palabra Yo─ es inicio de un verso que pertenece a un poema que comentaré más adelante.   La palabra de las mujeres en la tradición literaria colombiana ha tenido que romper la hegemonía patriarcal que hasta ahora, en todas las literaturas, fija el canon. Los argumentos, históricamente excluyentes, de la crítica oficial se apoyaban en una presunta calidad, en la idea de que las diferenciaciones de género son banales. Y lo son, según se miren, pero es también una trampa argumentar la escasa valía de la poesía escrita por mujeres para excluirlas.  Las poetas colombianas son escasamente conocidas en los circuitos internacionales debido a la falta de una estrategia crítica que las acoja. En España, Carmen Conde publicó en 1947 un importante libro de poesía claramente feminista, Mujer sin edén. Ella   emprendió la tarea de difusión de la poesía hi

De Michael Gold a Betty Smith, los pobres en la literatura

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    “Yo te confieso, para mí nada tan repugnante como esa bestia prolífica, que entre vapores de alcohol va engendrando hijos que hay que llevar al cementerio o que, si no, van a engrosar   los ejércitos del presidio o la prostitución”, le dice Iturrioz   a su sobrino Andrés, el joven estudiante de medicina en El árbol de la ciencia , de Baroja. Es el tratamiento que reciben los pobres en cierta literatura, realidad que abordaría   la novela naturalista francesa con curiosidad “científica”, en su afán de explicar los males sociales. Pensemos en Germinal (1885), narración sobre una huelga de mineros en el norte de Francia que muestra cómo el deseo de los pobres de cambiar las cosas se apaga ante las condiciones inhumanas en las que sobreviven. Iturrioz, el personaje barojiano, es todavía más radical en su desprecio hacia los pobres (más que a la pobreza) cuando afirma: “Yo tengo verdadero odio a esa gente sin conciencia que llena de carne enferma y podrida la tierra”. Es un provoc